un día a la vez

Vivimos en una época de caos. Nuestra mente está todo el día en modo random. Los expertos dicen que tenemos aproximadamente 60.000 pensamientos diarios, y la mayoría son negativos. Pensar y pensar. Cientos de quehaceres pendientes, proyectos, tareas sin acabar. Vivimos en la época del emprendimiento, las redes sociales y los retos continuos. Esto nos está costando demasiado. Nuestras ocupaciones (y, peor aún, las pre-ocupaciones) están destruyendo nuestra mente, nuestras emociones: nuestra salud.

No paramos nunca, por más que el cuerpo lo pida a gritos y con enfermedad; solo seguimos. Y seguimos. Vamos arrastrando la cobija, caminamos agotados en las rutinas diarias del hacer.

Se nos ha olvidado el gran placer de no hacer nada. Ni siquiera de pensar.

Un día a la vez significa estar presente. El eterno regalo del aquí y el ahora. Detenernos. Respirar. Ir despacio, sin tragedias ni dramas. Darnos un espacio para la nada. Sentir el vacío de la acción y dejarlo reposar en nuestra cabeza, apacible y quieto. Entregarnos a la provocación del silencio. Hacer una larga pausa y descansar en nosotros mismos.

Relajarnos. Sentirnos. Escucharnos: ver que aún nos habitamos (¿nos habitamos, realmente?).

Crear nuevos santuarios, nuevos rituales de gozo y placer. Practicar el arte del Niksen (el arte holandés de no hacer nada). Y soltar la exigencia (casi mítica) de la sobreproductividad y el rendimiento.

Darnos cuenta de que la vida está sucediendo en este preciso momento. Y se va… 

Publicado por eunicemier

Nace. Crece. Escribe. Se multiplica. Y a veces muere.

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